lunes, 30 de marzo de 2009

El joven que recorre el mundo en silla de ruedas

18:07 Albert Casals acaba de publicar un libro en el que cuenta los cuatro años que lleva recorriendo el planeta

(EFE).- El joven catalán Albert Casals (18), a quien una leucemia infantil condenó a desplazarse en silla de ruedas, lleva cuatro años recorriendo el mundo solo, haciendo ‘autoestop’ y sin apenas dinero porque confiesa que así es feliz.
En una entrevista con EFE, Albert Casals explica, con una autenticidad inusual y una lógica aplastante y muy sencilla, que su vida es la búsqueda de la felicidad y que lo que le hace más feliz es viajar y conocer personas “totalmente diferentes a las de aquí”.
Por eso, su vida en los últimos años está llena de recuerdos de viajes a los que dedica varios meses al año y que le han llevado a recorrer casi toda Europa, el sureste asiático, Latinoamérica y Japón.
Su experiencia por todo el mundo la ha resumido en “El mundo sobre ruedas”, libro en el que se intercalan sus experiencias y parte de sus diarios personales, y en el que explica que, después de haber padecido leucemia cuando era pequeño, les planteó a sus padres, a los catorce años, sus ganas de comenzar a viajar solo y con un presupuesto reducidísimo: 3 euros al día.
Como era menor, cuando empezó a viajar sus padres tuvieron que darle un permiso para que no tuviera problemas en las aduanas, pero él asegura que su padre y su madre le dejan ir solo porque “yo estoy bien y feliz”, aunque se comunica con ellos por correo electrónico cuando está fuera de casa.
Tras un viaje inicial a Bruselas acompañado por su padre para que se aprendiera qué debía tener en cuenta a la hora de ir por el mundo con su silla de ruedas, Albert ha viajado en los últimos años con el convencimiento de que “todas las personas tienen algo bueno” y que, por este motivo, “no hay que tener miedo” de lo que pueda pasar.
“He vivido con ladrones y con traficantes de drogas, y nunca me ha pasado nada malo”, cuenta el joven, que también recuerda cómo se adapta a la vida de las personas que le acogen en sus casas y vive con ellos sus experiencias diarias.
“Si estoy en casa de un pescador, voy a pescar con él a alta mar, y así siempre”, indica con su cara aún de niño, ojos brillantes y sonrisa permanente, que conquista al interlocutor desde el primer momento.
Animado por su curiosidad de conocer gente y su afán a la hora de superar los contratiempos, Albert Casals no se echa atrás ante nada y tan pronto se apunta a subir a un barco utilizando trucos para no pagar, como recorre Colombia y Perú en ‘autoestop’, superando selvas impenetrables por mar, gracias a unos narcotraficantes que lo llevaron en su lancha y que lo salvaron de caer al agua por el golpe de una ola.
El próximo viaje de Albert Casals está a la vuelta de la esquina, ya que prevé iniciar una nueva aventura en ‘autoestop’ en dirección a África el próximo mes de mayo, con un destino provisional: Madagascar.

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